El año 2020 trajo grandes desafíos. La nueva pandemia de coronavirus afecta a toda la humanidad y ha intensificado las desigualdades. Pero, a pesar de todas las dificultades con las que luchamos, este momento ayudó y ha ayudado a percibir, en las cosas más simples, situaciones significativas para los horizontes de la misión. Usando recursos digitales estamos logrando construir un diálogo sistemático con los jóvenes.
Para los jóvenes, estos recursos son parte de la vida cotidiana y en la misión estamos potenciando la comunicación con quienes los utilizan.
Los encuentros establecidos en las plataformas digitales trajeron gran alegría y consuelo a nuestros corazones durante este período de desapego social. Las vocaciones jóvenes que están siguiendo un hermoso camino en el descubrimiento de su propia vocación, lo vivieron en varios momentos: encuentros, retiros y momentos
de oración. Un ejemplo fue el retiro al que asistió el padre Frenilson, quien habló sobre el discipulado de María. Con la Juventud Misionera realizamos talleres: cepillado y alisado del cabello; maquillaje automático; guitarra; entre otras actividades. Al realizar estas actividades, obtuvimos una gran satisfacción de los jóvenes por su participación y sugerencias de que con la ayuda de Dios y de la Virgen estamos siguiendo el camino correcto.
Así que el año 2020 ha sido un año desafiante en todos los sentidos, principalmente en la vivencia de nuestra fe y vocación, pero fue un período que dejó un balance positivo y nos mostró que siempre hay caminos por recorrer en busca del bien de nuestros hermanos, luchando siempre contra las desigualdades e injusticias sociales ya favor de
la vida plena para todos.
Hna. Josiane Horta – RMNSD