En la disponibilidad del corazón, María agoje el Espíritu Santo, y con fe abraza el Plan de Dios en la salvación de la humanidad… este es su primer paso hacia la Misión Ad Gentes. Entonces María se pone al servicio, simpatiza con los pobres, se deja y hace su primer viaje misionero, visita apressuradamente a Isabel, proclama que lleva en su vientre (cf. Lc 1,39ss)
Otro viaje misionero es a Belén, donde tiene lugar el nacimiento de Jesús, el encuentro con los pastores y los reyes magos (cf. Lc 2.1ss). Vemos a María en el origen de toda evangelización. María es misionera Ad Gentes en el desierto, cruzando las fronteras de Egipto (cf. Mt 2.13ss) una peregrinación en la Fe… de vuelta a Nazaret… un momento eminentemente misionero tuvo lugar en Caná de Galilea (cf. Jn 2:1-11) donde su presencia e influencia abren la puerta para que Jesús haga el primer signo, convirtiendo el agua en vino… entonces, en Jerusalén, el viaje misionero de María al Calvario… … donde por compasión, presencia materna, solidaridad, esperanza, participa íntimamente en la obra redentora… se convierte en Madre de la humanidad… y junto con los apóstoles, María es parte de los cimientos de la Iglesia, presente en el origen de la fe de los discípulos de todos los tiempos… y continúa peregrinando con nosotros, guiando nuestros pasos…
¿Sabías… en su corazón tiene un celo misionero que nunca será extinguido e insistentemente te invita a cruzar muchas fronteras, a comenzar contigo mismo y a convertirte en hermana, hermano de otros pueblos. ¡valor! Hay mucha gente esperando tu AMOR.
Por Hermana Marlene Maria da Silva – RMNSD
