La llamada divina

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Desde el principio de su descubrimiento vocacional, Madre María de Jesús se mostró muy generosa. Respondió con prontitud y convicción a la llamada de Dios y a lo largo de su vida supo dar pruebas de amor a su vocación religiosa. Un corazón abierto, capaz de acoger la gracia, de escuchar y acoger las llamadas de Dios en su vida y en la misión de educar. Comprometida con los valores cristianos, la educación fue su gran pasión.