Oh María, mujer de la sencillez y la humildad, enséñame a vivir como tú viviste. En ti puedo ver un hito seguro para mi camino hacia Jesús, y por eso te pido, ¡camina conmigo María!
Camina conmigo María y haz de mí una mujer agradecida por todo lo que el Todopoderoso hace en mi vida.
Camina conmigo María y ayúdame a acoger los misterios de Dios con gran alegría, aunque no los entienda.
Camina conmigo María y dame la gracia de la serenidad y la sencillez para que nunca pierda la capacidad de apreciar las cosas más sencillas de la vida.
Camina conmigo María y ayúdame a buscar en la palabra de Dios toda la sabiduría necesaria para seguir este camino, así como tú has bebido de esta fuente, yo también quiero beber de ella.
Camina conmigo María y anímame en los caminos difíciles y temerosos, no dejes que el miedo me abrume. En tiempos de incertidumbre, dame la gracia, María, de caminar contigo por el camino de la confianza.
Camina conmigo María y dame tu corazón maternal para que pueda acoger a todos y estar sensible y disponible para ser partícipe solidario de los que viven a mi lado o de los que me necesitan.
Camina conmigo María, concédeme la gracia de la fidelidad al proyecto de tu hijo Jesús. Apóyame y guíame en este viaje, para que pueda permanecer siempre de pie, como tú lo hiciste, incluso en los momentos de dolor y sufrimiento.
Camina siempre conmigo, Madre de la obediencia y de la fe, y enséñame a ser todo de Dios, como tú lo fuiste. Ayúdame a renovar mi fiat diario siempre con más amor, confianza y dedicación.
Oh Madre mía y madre de la humanidad, ayúdame a hacer todo lo que tu hijo Jesús me diga.
Amén de
Hermana Néia – RMNSD