Recuerdo la canción del padre Zezinho que dice: «Somos velas encendidas por ti, nos corresponde encender otras luces». Iluminados e iluminadores, queremos ser, ¡oh Señor! Somos velas encendidas en ti y para ti, ¡nos toca iluminar! Telma Lage de los Santos, fue una vela que sirvió para iluminar muchas vidas. No ocultó la luz que un día brilló en ella. Lo vemos concretamente en toda su vida, en su alegría de amar y servir, en su incansable entrega.
Siempre dio testimonio del amor de Jesús y de la misión. Se acercó a los desheredados y a los indigentes para buscar con ellos caminos de resurrección. Vivió la Espiritualidad de la Congregación, «estando al lado de los que sufren, siguiendo el ejemplo de María al pie de la cruz» en su totalidad, con solicitud y dedicación.
Hojeando el «Álbum de Familia» de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de los Dolores encontramos una oración compuesta por nuestra querida Hermana Telma:
«Señor, cada mañana te invito a caminar a mi lado. Concédeme la gracia de mostrarla a cada persona que conozca y en cada situación que encuentre. Que yo sea tu signo en este mundo. Gracias por la alegría que brota del encuentro profundo de tu amor con mi vida. Amén».
Hermana Telma, aquí seguimos caminando. Somos muchos en Brasil y en el mundo los que tuvimos la alegría de tenerte como compañera de viaje. Tu sonrisa, determinación y coraje no serán olvidados.
Por Hermana Maria Adelma Ferreira